Exposición de arte sacrilega, blasfema y satánica ofende gravemente a Nuestro Señor en la ciudad de los Cuatro Rios
Del 1 al 28 de febrero en el Salón del Pueblo de la Casa de la Cultura de la ciudad de Cuenca, a un costado de la Catedral, se realiza una exposición sacrílega y blasfema, que bajo la denominación de “expresión cultural” y “obras de arte” ofende gravemente a Nuestro Señor Jesucristo y a la Santísima Virgen.
La exposición contiene varias esculturas donde se muestra a Nuestro Señor totalmente desnudo en la cruz, de la manera más vergonzosa y humillante, crucificado sobre un cráneo; en otras se lo representa quebrando la cruz por la mitad, con su rostro desorientado, sobre un cementerio de cráneos y con la espalda abierta por la mitad mostrando sus vísceras y huesos; a la Santísima Virgen coronada de cuchillos, con el pecho desnudo y con un niño en su vientre (abortándolo presuntamente), y un corazón sangrante sobre su cabeza, clara alegoría a la Virgen Dolorosa; entre otras iconografías inmorales y satánicas (por ejemplo: el demonio con alas abrazando a una mujer desnuda).
Todas estas sacrílegas imágenes son autoría de Eduardo Moscoso —propietario del “Prohibido” Centro Cultural— quien también organiza el pase del “niño diablo”, procesión que pretende ser antagónica al pase del divino niño Jesús viajero de Cuenca. En el pase del “niño diablito” se recorre, en la noche, las principales calles de la ciudad, con una imagen de un diablo bebé portado por una mujer desnuda disfrazada de la madre de satanás, junto con un sequito de personas vestidas de demonios, sacerdotes satánicos, brujas y otras indumentarias analogas.
Todos estos actos públicos y esta nueva exposición de arte sacrílega tiene como fin último agraviar y ultrajar lo más sagrado que tenemos los católicos ecuatorianos, pisoteando nuestra fe, mancillando las imágenes de Jesús y María.
La blasfemia y el sacrilegio no son libertad de expresión, ni un manifestación cultural u obra de arte, pues son un claro insulto a lo que los católicos ecuatorianos amamos y consideramos sagrado.
¿Podemos quedarnos de brazos cruzados ante las ofensas que públicamente se cometen contra Nuestro Señor Jesucristo y su Madre Santísima?
¡Reparación! ¡Reparación! ¡Reparación! son las palabras que deben resonar en nuestros corazones para desagraviar con incesantes oraciones a Dios que está siendo gravemente ofendido. Acto de desagravio, acompañado de una santa indignación elevada a las autoridades competentes que permiten que en espacios públicos se practiquen estos actos de odio y discriminación contra los cristianos, especialmente cuando el propio director de la Casa de la Cultura del Azuay, Martín Sánchez Paredes, apoya abiertamente esta ofensa a Dios y se niega a retirar la exposición.
¡Católicos Cuencanos! ¡Católicos Ecuatorianos! el mundo y nuestra nación viven momentos cruciales, donde —según la acertada frase del ilustre pensador Católico Plinio Corrêa de Oliveira— una humanidad entera está optando por Cristo o contra Cristo. ¿Qué posición tomaremos?
Si decidimos a favor de Nuestro Señor Jesucristo que nuestro amor y dedicación por la causa católica sea superior al odio que los enemigos de la fe tienen y profesan en contra de Ella.
¡De Dios nadie se burla!
Que pena Cuenca una ciudad tan católica por exelencia que hayan hecho esas horribles blasfemias.Que podemos esperar de gente incrédula? Dios mío a que tiempos hemos llegado.
Que tremendo éste señor Martín Sánchez, blasfemo, insolente, atrevido…. Piensa que se puede burlar de Dios, de Él nadie se burla…… Así que más le valdría, arrepentirse y pedir perdón a Dios, a la Santa Iglesia Católica, por lo que ha permitido que se haga, antes de que le llegue la Justicia de Dios….DIOS es Misericordioso pero también es Justo.
Dios mío perdón por causarte este dolor de hijos consagrados a tu Sagrado Corazón.