“Acaso no veis que Judas no duerme, sino que se apresura en traicionarme” (S. Mateo 26:14-75)
Entre las verdades inmutables que la vida y las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo dejaron al mundo, hay luminosas y terribles lecciones. Una de ellas, es que “los hijos de este siglo son en su generación más sagaces que los hijos de luz”. Esta lección es demostrada por innumerables acontecimientos históricos en que el mal se impone no tanto por la capacidad de los malos sino por la inacción de los buenos.
Esta queja de Nuestro Señor se está manifestando hoy en nuestra Patria. Grupos minoritarios, pero muy activos, respondiendo a lobbies internacionales, están intentando imponer en esta nación consagrada al Sagrado Corazón de Jesús, leyes que contradicen la ley natural y los mandatos divinos. Todo esto mientras muchos católicos ecuatorianos parecen dormir y no reaccionan delante de esta embestida en contra del derecho de nacer.
Golpes contra la institución de la familia
Estos ataques a la familia ecuatoriana son:
Los dos actuales y más peligrosos atentados contra la familia
A todos estos ataques, se suman otras dos iniciativas que son aún peores y que resumen todos los anteriores:
1.- El Código Orgánico de la Salud, que contiene la legalización total del aborto, presentado como emergencia obstétrica. Incluye también la promoción de vientres de alquiler, la mutilación genital en la pubertad, y la educación sexual con ideología de género para niños y jóvenes.
2.- Por otra parte, la vida de los niños por nacer está dependiendo de un veredicto de la Corte Constitucional que ya aceptó a trámite el 14 de mayo de 2024 una demanda, presentada por un lobby abortista, para despenalizar el aborto en todas las causales.
Un llamado a despertar en la defensa de la familia
Ante este panorama de ataques a la familia y al derecho de nacer, la única actitud coherente es reaccionar del letargo en que nos encontramos y defender estas instituciones sagradas. Aún hay tiempo para comenzar esta batalla cultural en defensa de la familia. No hay nada que derrote a un pueblo virtuoso y que verdaderamente ame a Dios. Si reaccionamos y comenzamos a actuar la historia del Ecuador bien podrá ser otra,
¿En qué consiste esta reacción?
De manera concreta, le invitamos a formar parte de las familias que quieran unirse en un frente unido por la defensa de la familia y el derecho de nacer. Puede hacerlo dando clic en el botón al final de este manifiesto.
Puede dejar sus datos de contacto y así ser informado de las distintas formas de actuar, siempre dentro de los marcos de la ley civil y divina, de manera conjunta. Por los medios de contacto proporcionados, podrá ser convocado a participar de marchas, oraciones públicas, plantones, conferencias y otras actividades orientadas a defender la familia ecuatoriana.
Colocamos esta iniciativa a los pies de María Santísima, Medianera de todas las gracias, para que Ella obtenga la victoria final que profetizó en Fátima: “Por Fin Mi Inmaculado Corazón Triunfará”