¡Oh Argentina! ¿A que castigos de Dios te has expuesto, por la masacre de los inocentes?

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¡Ay! de aquellos que establecen leyes inicuas, y escriben continuamente leyes de injusticia» (Isaisas 10, 1)

«Hay una cosa más inicua que la exaltación del orgullo;

hay una cosa más inicua que el desconocimiento de la Soberanía de Dios;

hay una cosa más inicua que la universalidad de la impiedad…

esta cosa más inicua que todas las iniquidades, es la introducción del mal en las leyes».

(L’abbé Augustin Lémann)

Ante la aprobación del nefando crimen del Aborto en Argentina, quisimos resaltar el texto arriba citado del Abad Agustín Léman, para exponer de esta manera la gravedad del pecado que acaba de ser institucionalizado en nuestro pais hermano y a los castigos que se expone una nación que pone por sentado, una ofensa tan grande, que clama al Cielo y Dios por un castigo, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Un análisis serio de la situación argentina nos lleva a considerar que los demás países de Hispanoamérica se encuentran también en grave peligro, pues una ola radical, revolucionaria y anticristiana, apoyada por diversos organismos internacionales, trabaja sin descanso desde hace ya varios años para destruir los principios básicos de la Civilización Cristiana.

Múltiples leyes inicuas, poco a poco, se viene implantando, ante la mirada impávida de muchos, que cruzan los brazos e indiferentemente continúan su vida como si nada sucediese. No obstante, ¿hasta cuando la Justicia Divina tardara en intervenir?

Es una pregunta que al inicio de este año 2021, todos nos debemos realizar. Basta dar una pequeña mirada al actuar de Dios a través de la historia de la humanidad, condensada en las sagradas escrituras, para saber que Dios el supremo Juez, no deja impunes crímenes tan atroces, como la matanza de un inocente y más cuanto estos se vuelven ley. Explica el Abad Léman, al interpretar las palabras del profeta Isaias:

«La exaltación del orgullo, el desconocimiento de la Soberanía de Dios, la universalidad misma de la impiedad, cosas por sí mismas ya tan perversas, no son sino el mal en los hechos. Es el mal, sin duda siempre creciente, pero limitado todavía a la región de los hechos; mientras que las leyes impías, los decretos inicuos, son el mal que fue más allá de los hechos y alcanza los principios, es el mal transportado a la esencia de las cosas y acantonado en las alturas”

«Es así que las naciones mueren: no de una manera precipitada o repentina, sino gradualmente y como por etapas, por el hecho de las iniquidades del hombre y bajo los correspondientes golpes de la justicia de Dios»..

«A la introducción del mal en las leyes, la cautividad y la muerte»

¿Ante el eminente peligro de un castigo, qué hacer?

Nínive y los ninivitas son el perfecto ejemplo dado por las sagradas escrituras de un pueblo que comprendiendo la iniquidad de sus actos, hicieron penitencia y volvieron a la senda del bien:

«Jonás entró en la ciudad e hizo un día de camino pregonando: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida.» 5.Los ninivitas creyeron en la advertencia de Dios y ordenaron un ayuno, y se vistieron de saco desde el mayor al menor. 6.La noticia llegó hasta el rey de Nínive, que se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó sobre cenizas. 7.Luego hizo publicar esta orden en Nínive: «Hombres y bestias no comerán ni beberán nada. 8.Que se vistan de saco y clamen a Dios insistentemente. Que cada uno se corrija de su mala conducta y de sus malas obras. 9.¿Quién sabe si Dios se arrepentirá y cesará su enojo, de manera que no nos haga morir?» 10.Al ver Dios lo que hacían y cómo se habían arrepentido de su mala conducta, se arrepintió él también y no los castigó como los había amenazado.» (Jonás, 3)

Penitencia, oración y verdaderas conversiones, es el camino no solo trazado por las sagradas escrituras, si no por Aquella que es puerta del Cielo siempre abierta y Madre de Misericordia, María Santísima, que en sus múltiples apariciones en los últimos siglos, viene advirtiendo al género humano la consecuencia de los pecados del mundo y la Gran Consolación, para aquellos que permaneciendo fieles luchan por la implantación de su Reino sobre la Tierra.

“Cuando aparezcan triunfantes, y cuando la autoridad abuse de su poder, cometiendo injusticias y oprimiendo a los débiles, próxima estará su derrota. ¡Caerán por tierra desplomados…!”

“Es llegada mi hora en la que Yo de una manera asombrosa destronaré al soberbio Satanás, poniéndolo bajo mi planta y encadenándolo en el abismo infernal, dejando por fin libres a la Iglesia y a la Patria de esa cruel tiranía”.

(Nuestra Señora de El Buen Suceso, Quito – Ecuador)

1 Comentario

  1. Muchas gracias por este artículo y gracias a Dios los católicos argentinos lucharon y lucharán para desagraviar a Dios por este nefando pecado del maldito gobierno que tenemos porque la democracia inventada en la Revolución Francesa es una trampa siniestra que impide a los buenos elegir a los mejores y mientras no venga el Moisés de la Ley de la Gracia prometido a restaurar todo e implantar el Reino de María profetizado en Fátima todo irá de mal en peor.
    Durante estos dos años después del triunfo de la vida en el 18 hubo muchísimas acciones de verdaderas conversiones, adoraciones eucaristicas, marchas pero por mas que es una ley nula de nulidad absoluta con trampas y mentiras la lograron implantar.
    Pero ya hay instituciones organizando acciones legales y con el lema da San Ignacio: «hacer todo como si sólo dependiera de nosotros y confiar en Dios como si todo dependiera de Él» no dudamos que con espíritu de penitencia y oración la Argentina será en el Reino de María un país devoto de Ella al servicio de Jesús Eucarístico.
    No nos rendiremos!
    Viva Cristo Rey!
    Viva María Reina!

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